Columna de opinión del Dr. Mariusz Bednarek, Investigador asociado de la Facultad de Ingeniería, Universidad Autónoma de Chile y vicepresidente del Instituto Industria 4.0 de Polonia. Profesor de la Universidad WSB y de la Universidad Politécnica de Varsovia, Polonia.
La inteligencia artificial, el big data, el aprendizaje automático y la Internet Industrial de las cosas (IIoT) ya no son sólo una tendencia o una moda temporal, sino una necesidad. La Industria 4.0 es un intento de alejarse de la producción en masa, centrada en minimizar los costos a través de economías de escala. Debido a las restricciones en el acceso a mano de obra barata, impuestos locales, requisitos ambientales y barreras administrativas, en los últimos años las plantas manufactureras se han instalado fuera de Europa, principalmente en Asia.
Es precisamente por estas características, que el terremoto de magnitud 9.5 del 22 de mayo de 1960 que afectó devastadoramente a la ciudad de Valdivia, ha pasado a ser un hecho histórico a escala global. Y es que justamente hoy, a sesenta años de su ocurrencia, debemos considerar que no se ha vuelto a registrar otro evento sísmico que pueda superar la magnitud del terremoto de Valdivia, lo cual cobró la vida de más de mil seiscientas personas y dos millones de damnificados.
Sin embargo, la explosión de la civilización digital, con acceso generalizado a Internet, favoreció el desarrollo de otros comportamientos de los consumidores. Compartir economía, redes sociales, el Internet de las Cosas han ejercido presión sobre la individualización de la producción, con la necesidad de mantener costos unitarios aceptables.
La industria 4.0, basada en la digitalización de soluciones a todos los niveles, es un intento de dar una respuesta a estos requisitos. Es una oportunidad para aumentar la competitividad de las empresas y aumentar el número de clientes potenciales.
En la era de la economía mundial, no se puede ignorar las tendencias principales. O se entiende la necesidad de un cambio y se lo apoya activamente, o la empresa será eliminada del mercado global. Este es un gran desafío, sobre todo para los propietarios y gerentes. Son responsables de gestionar el desarrollo de la empresa y de incluir, no sólo a sus propios colaboradores, sino también a los proveedores e incluso a los consumidores en este proceso.
La mayor amenaza es retrasar los cambios necesarios, principalmente en la cultura organizacional y los modelos de gestión. Es urgente invertir en capital humano, formación y métodos adecuados de gestión de la producción. Sin la implantación de Lean Management, KAIZEN / mejora continua, gestión de calidad, monitorización de la producción, es difícil hablar de la incorporación de soluciones digitales. El caos digitalizado seguirá siendo un caos, no importa lo grande que sean los monitores computarizados y cuánto se pague por un fantástico software o un robot de limpieza.
La Industria 4.0, con acceso a la automatización, robotización e Internet de las Cosas, comprende la transformación del papel de un empleado, parte del proceso de producción, y su transición a la supervisión y la conformación creativa de las líneas de producción y su funcionamiento. Esto requiere no sólo declaraciones verbales del Consejo de Administración, sino también la creación de oportunidades reales para que los empleados desarrollen y asuman la responsabilidad conjunta del desarrollo de la empresa. Centros de innovación a nivel de sala de producción, para generar la oportunidad de implementar sus propias ideas, acceso al conocimiento, mostrando caminos de desarrollo, permitirán reclutar y estabilizar el personal adecuado. Sin la activación de los empleados, las líneas tecnológicas más modernas, a menudo compradas ocasionalmente por subvenciones externas, sólo están retrasando lo inevitable, es decir el caos que se ocasionaría sin apoyo de los empleados.
La aplicación de los robots industriales es disímil a través de los países. A finales de 2018, 13.632 robots industriales trabajaban en Polonia, de los cuales el 39% funcionaba en la industria automotriz, según el informe «Caminos a la Industria 4.0. Robótica en todo el mundo y lecciones para Polonia». En comparación, en la República Checa había 17.603, y en Alemania – 215.795 robots; y en toda América Latina en 2018 sólo operaban alrededor de 9.000 robots. Estas cifras no son auspiciosas ni para Europa ni menos para América Latina.
Las empresas, en cada país, son diferentes en cuanto a su preparación para entrar en la era digital. Sería difícil definir su sofisticación digital. Esto se debe tanto a la historia de la transformación de las empresas tradicionales europeas, como al surgimiento de una enorme ola de inversión extranjera. También hay grandes diferencias en la comparación de sectores individuales, desde las industrias mineras y metalúrgicas más conservadoras hasta los sectores automotriz y aeronáutico. En cada uno de ellos se pueden encontrar líderes de cambio, y el ejemplo de KGHM y los intentos de robotizar el trabajo minero merecen reconocimiento. Por supuesto, es más fácil ser una empresa digital mediante la construcción de una planta completamente nueva como lo pueden hacer empresas de producción de automóviles, tales como VW, la producción de motores MB-Daimler o la nueva inversión del Grupo Automotriz Internacional PSA (Opel), del fabricante polaco de puertas PORTA demuestran demuestra que la estrategia de desarrollo correcta basada en la digitalización de las empresas puede dar éxito internacional.
La globalización, la ubicación de las plantas de producción a cientos de kilómetros de los mercados, o la dependencia de un proveedor único han causado que la economía sea altamente sensible a varios tipos de turbulencias, como conflictos políticos y sociales en el Golfo Pérsico, el aislacionismo o recientemente el coronavirus en China. Esto causa dificultades o rupturas en la cadena de suministro, y las consecuencias pueden ser difíciles de definir para la economía global. La industria 4.0 es una oportunidad para las empresas más pequeñas, adaptándose de manera flexible a las necesidades de los beneficiarios locales. La digitalización permite la inclusión de los consumidores en el proceso de diseño del producto que cumple exactamente con los requisitos del destinatario. Pero sólo existirá en una empresa preparada para esto a través de la implementación previa de los principios Lean / KAIZEN.
El uso de redes sociales o plataformas digitales especializadas permite el contacto continuo con los clientes y una mejor gestión y control de la producción para garantizar el éxito de ventas de cada lote de productos. Es decir, volvemos a los conceptos básicos de Lean Management.
¿Está la visión de un país moderno y digital al alcance de la mano? Por ejemplo, Polonia, debido a las condiciones geopolíticas, es decir, los cortos caminos logísticos hacia Europa occidental y la adhesión a la Unión Europea, tiene una gran oportunidad para tener mayor desarrollo. El gran mercado interior y el acceso al personal de producción (todavía) son significativos. Sin embargo, una pregunta abierta aplicable a muchos países es si no se perderá esta oportunidad posponiendo la decisión de cambiar la estrategia de la empresa.
Para no perder la oportunidad, hay que eliminar los obstáculos. La principal barrera es el enfoque declarativo de la idea de la Industria 4.0, que termina con la compra de un robot o línea de producción con una subvención del estado o por un proyecto por crisis. Se subestima el papel clave de preparar al personal para los cambios, invertir en capital humano y crear oportunidades reales para mostrar creatividad. No es la dirección la que se supone que debe inventar e introducir innovaciones, se trata de empleados que conocen mejor tanto la producción como a los clientes.
Por ahora, el uso de soluciones basadas en inteligencia artificial son principalmente algoritmos de asesoramiento avanzados. Al igual que cualquier herramienta que permita tomar la decisión correcta más rápido, la IA puede ser un factor de éxito del negocio. Pero por ahora, esta decisión sigue siendo tomada por el hombre. El análisis de grandes conjuntos de datos, compatible con algoritmos de autoaprendizaje, le permite optimizar el inventario, predecir la demanda o el comportamiento del consumidor. Es una gran herramienta que facilita mantener una ventaja competitiva.
Además de los sistemas de asesoramiento, las aplicaciones de la IA en la medicina se están desarrollando rápidamente, por ejemplo, en el análisis de imágenes. Se están desarrollando nuevos algoritmos en automatización industrial, gracias a los cuales es posible mejorar paso a paso la eficiencia del proceso, sin pérdida de calidad. Estos ejemplos son los sistemas de evaluación activa de las materias primas que entran en la línea de producción o la calidad de los productos finales, principalmente en la industria alimentaria. El uso de algoritmos de inteligencia artificial, soportados por el aprendizaje automático (machine learning), crea posibilidades completamente nuevas para la optimización de las líneas de producción existentes. Pero el uso de estas oportunidades es principalmente un dominio de humanos conscientes y creativos en una empresa en particular.
Y aquí volvemos al tema clave de la Industria 4.0 – esta depende principalmente de un cambio en la actitud de las personas. Si están preparados para ello, lo tratan como una oportunidad y no como una amenaza, entonces la inteligencia artificial definitivamente les ayudará. La industria 4.0 es la era de las nuevas oportunidades tecnológicas, pero sobre todo es la era de las personas que quieren y son capaces de utilizarlas.
(Este artículo corresponde a una entrevista realizada al Dr. Bednarek por el Periodista Nelly Przybylska de la revista Business Insider-Polonia)
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